sábado, 13 de septiembre de 2008

El monstruo de mil cabezas.

René Morimoto / El Sol de Nayarit.
El Animal infame e inconsciente que todo lo devora, que avanza y se alimenta de nuestra debilidad y que construye con sus garras las cadenas que nos atan al piso. Es, el imperio que todo lo mueve llamado Corrupción.
Así sean las mordidas a los tránsitos y el regalito al maestro, Como la “Comisión “que se embolsa el Burócrata o el Profesionista al firmar un contrato o realizar un tramite. La corrupción esta presente en casi toda gestión de intereses a nuestro alrededor, nos marca como sociedad y destruye el sentido y el orden de las cosas, organizándolas en un nuevo orden caótico que podríamos asociarlo directamente a otro mal llamado impunidad.
Es en este nuevo orden, en que florecen Corruptos líderes sindicales que negocian con plazas, plantas o bases; y que utilizan a sus agremiados como instrumento de coacción para amagar a todo aquel que no cumpla sus caprichos. Es también gracias a la corrupción, que el narco- tráfico ha carcomido hasta el hueso a las policías que cierran los ojos y estiran la mano. De igual forma es gracias a la corrupción que las paraestatales como Pemex requieren desesperadamente una reforma energética, ya que las utilidades de los excedentes de la venta del petróleo se hayan evaporado en el aire como el humito de la gasolina. y si le rascamos un poco, No seria extraño que también fuera culpa de la corrupción que los niveles educativos de las escuelas públicas estén por los suelos. Y quizás también gracias a esta, los mexicanos no ganen más medallas en las olimpiadas.
La corrupción es, según el diccionario de la lengua española: la práctica consistente en la utilización de las funciones y medios en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores, de una organización, especialmente en las públicas. Siendo así, también aplica a los acomodos y compadrazgos de toda organización. Sea deportiva, Social o inclusive Cultural. Pero es además, el verdadero flagelo con que los mexicanos nos castigamos, nos destruimos como nación cuando acudimos a este engañoso atajo, y lo peor del caso es que acudimos fielmente a el, como si no mereciéramos el desarrollo, o como si nos sintiéramos indignos de acceder a una Calidad de vida mejor.
La corrupción esta tan homogenizada en nuestra realidad, que pasa inadvertida, y es así cuando muestra su faceta mas peligrosa, cuando se muestra simple e inocente, como una mentira piadosa, o como un pequeño mal necesario. Y es en ese instante cuando ejerce su poderoso control, que subyuga y trasciende; por que se extiende como miles de hormigas diminutas y al fin termina por tejer una red que lo abarcarlo todo.
Y no es labor vana enfocarla y mirarla de frente a los ojos, siempre y cuando se evite el peligro de caer sumergidos en su abismo o ignorarla; Si no al contrario debemos entenderla, conocerla como se conoce una enfermedad, una adicción o a un enemigo, y reconocer que es parte, causa y efecto de todo lo malo que nos acontece como sociedad. Y una vez identificada en nuestra vida diaria, tomar la determinación de decir alto ¡ya basta!, y atrevernos a dejar de ser parte de este monstruo de mil cabezas.

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